Vivimos en un mundo donde todo pasa muy deprisa, nos llegan mensajes comerciales de cualquier parte y en muchos formatos distintos y damos muchas cosas por sentadas cuándo en realidad necesitamos pararnos a pensar un momento: ¿quién es mi marca? ¿qué representa? ¿cómo la perciben los consumidores?

Una marca, una empresa, es muchísimo más que un logotipo y una página web.

Una buena estrategia es pensar en las marcas como pensamos en personas: con características definidas, personalidad, forma de hablar, etc. Cheryl Swanson, fundadora de Toniq, afirma que

Una marca es un producto con una historia atractiva, que ofrece cualidades quintaesenciales para las que el cliente cree que no hay ningún sustituto en lo absoluto. Las marcas son tótems. Nos cuentan historias sobre nuestro lugar en la cultura, sobre quiénes somos y dónde hemos estado. También nos ayudan a descubrir hacia dónde vamos.

Todas esas experiencias y valores que crean las marcas concurren en la “Idea central” o “Big Idea”.

¿Cómo podemos acercarnos a conocer esa Big Idea de nuestra propia empresa?

Valor. ¿Qué ofrece mi marca distinto a lo que dan los demás?

Misión. ¿Por qué existe mi marca?

Visión. ¿A dónde queremos que llegue la marca?

Valores. ¿En qué creemos? Experiencias, virtudes, cualidades, emociones…

Atributos. Lo que hace reconocible a la marca y es tangible, es decir, se puede ver y medir y está en el producto en sí.

Beneficios. Es lo que obtenemos al consumir el producto y existe en la mente del consumidor. Pueden ser emocionales o racionales.

Personalidad. Si nuestra marca fuese una persona, ¿cómo la definiríamos?

Tras definir y concretar todo lo anterior, pasamos a definir la Big Idea. Este concepto se refiere a una frase o dos, un concepto corto que define a la perfección el ADN de la marca, su esencia. A su vez, se relaciona con la experiencia de los consumidores y crea un vínculo real con ellos.

Una vez todo esto está definido y completado, hay que diseñar o rediseñar el logotipo, slogan, naming, etc. Hay que adaptar la Big Idea a un concepto gráfico y plasmar toda la personalidad de nuestra marca en 2D, 3D o 4D…

Tener una imagen consistente y real de nuestra marca nos ayudará a planificar mejor la comunicación, la estrategia de ventas y cualquier aspecto de la empresa será más transparente si sabemos quiénes somos.